jueves, 20 de mayo de 2010

Ese día amaneció gris



Ese día amaneció gris. Nada más despertar, supo que algo no iba bien… el sonido de los coches por la ventana no le había despertado esa mañana. No oyó el despertador. Tampoco el sonido de la radio de su vecino que tantas veces le hacía salir de sus sueños… Por no escuchar, tampoco la había escuchado a ella ducharse… el agua caer… ese sonido sí que le tranquilizaba… y también el sonido de la tostadora que, parecía que enfadada, expulsaba las tostadas con furia cada mañana… No se explicaba por qué ese día el mundo amanecía en silencio, parecía triste. Se levantó corriendo para mirar la hora: las diez y cuarto de la mañana… ¡vaya! Se le había hecho tarde para su cita habitual en el trabajo. Aún así, todavía le daba tiempo. Veloz como un rayo saltó de la cama, se vistió con el traje que encontró en la silla y salió sin desayunar a la calle. Era tal su prisa que no reparó en que el mundo parecía tener mucho menos ruido que el habitual… Irrumpió en la oficina como cada mañana, pensando en la de cosas que tenía por hacer ese día, una dura jornada de entrevistas, reportajes, estudios… Saludó a su secretaria. Qué raro, ella parecía no estar de buen humor, su sonrisa perenne esta vez no apareció y no le contestó. Decidió ir a su despacho y escuchar su canción favorita para empezar el día con mejor pie. Aquella canción le recordaba tiempos mejores, le traía sonrisas que una vez fueron su rutina, le hacía pensar en su pelo, en sus manos… No podía dejar de escucharla. Cuál fue su sorpresa cuando aquella mañana la canción no sonó… aquel día el silencio se había adueñado de toda la ciudad. No pudo evitar que una lágrima recorriera su mejilla.





martes, 27 de abril de 2010

A los tribunales por poner música en su gimnasio

Éste es el titular que más me ha llamado la atención hace un rato cuando he leído el Diario de Cádiz por Internet. Por lo visto, el dueño de un gimnasio de Cádiz se ha visto en problemas cuando la SGAE ha mandado a algunos de sus secuaces a espiar si el gimnasio utilizaba música o no. El pobre hombre tendrá que pagar a la SGAE el canon desde el año 2002, que como en estos tiempos de crisis sobra tanto dinero...

Gimnasios de todo el mundo, temed! La SGAE está al acecho, su objetivo es dejar la ciudad sin sonido, la música ambiente debe desaparecer, quitémosle alegría a la vida, la música ya sólo es negocio... y que se lo digan a los pobres deportistas, que desde hoy verán su tabla de ejercicios como algo mucho más duro...

lunes, 26 de abril de 2010

Manipulación...

El periodismo, importantísimo para la sociedad de hoy en día, algo imprescindible si quieres saber lo que ocurre en todas las partes del mundo, algo que, se supone, está hecho por el pueblo y para el pueblo... Desde que estoy en la carrera, muchísimas veces nos han planteado en clase el debate de por qué existe la manipulación, por qué y para quién, a quién favorece y cómo repercute en la sociedad. Hoy, en clase de Teoría de la imagen, estuvimos hablando del fotoperiodismo y la manipulación existente en él. ¿Cuánto de lo que se nos muestra es verdadero? ¿Cuánto es lo que nos quieren hacer creer? Hay ejemplos graciosos, otros menos graciosos, pero me parece un tema bastante importante al que le prestamos poca atención... Llegamos a un momento en el que no sólo manipulan la información que nos quieren hacer llegar de forma escrita, sino que también la fotografía nos miente. Ya no nos vale el mítico "si no lo veo no lo creo", tampoco el "una imagen vale más que mil palabras". Ya no estamos seguros ante nada. El sentido de la vista, que hasta ahora para muchos había sido el más fiable, pierde su poder

martes, 23 de marzo de 2010

El debate está servido...

Una cosa que he podido comprobar en estos últimos meses es que la universidad no es que pase por sus mejores momentos, o quizás eso es lo que quiero creer y convencerme de que en otro tiempo, la educación que se ofrecía en ella era por lo menos más aprovechable, diferente, más coherente con la carrera elegida.

En los pocos meses que llevo estudiando la carrera, la mayor parte de las cosas que he aprendido las he aprendido fuera de clase. Madrid te ofrece mucho, la vida de estudiante te deja tiempo para aprovecharlo, las clases llega un momento que parece que te lo quitan. Una de las asignaturas que no me parecen una pérdida de tiempo (que son pocas) podría ser CPCR, Comunicación y Participación Ciudadana en la Red, pero también he de reconocer que tiene mucho que ver el profesor que nos la imparte. En su afán por convertirnos en periodistas, o mejor dicho, por intentar convencernos una y otra vez de que ya lo somos (no sé yo...) ha conseguido ya una cosa importante en mí, y es que haga algo que debería hacer desde hace mucho ya, sobre todo habiendo elegido la carrera que he elegido, y es el hecho de leer diariamente el periódico o por lo menos hojearlo.

Leyendo por aquí y por allá he podido encontrar esta mañana un artículo de Alberto Pereiras en el diario El País que habla sobre el tan comentado debate que se ha reabierto estos últimos días entre taurinos y antitaurinos, un debate que esperemos que en breve deje de cobrar importancia y que esto se deba a que la sociedad por fin avance un poquito y sea un poco más humana y menos cruel, dejando a un lado tradiciones que sólo enaltecen la tortura, el dolor y la sangre.
El periodista hace afirmaciones que me han parecido tan oportunas como que "el sufrimiento animal no es relativo como para quedar a expensas de la conciencia individual" o que las razones que pueden utilizar los taurinos para defenderse son "la tradición, racionalmente refutable (no todo lo tradicional es bueno); el liberticidio, racionalmente refutable (una prohibición no ataca la libertad si la reparte); y el arte, racionalmente refutable".

Un artículo interesante que se puede encontrar en la siguiente dirección:

http://www.elpais.com/articulo/opinion/debate/taurino/elpepiopi/20100323elpepiopi_8/Tes

Y es que hay temas en los que, por mucho que quieras respetar las posturas de los demás, te tocan tan dentro que no puedes hacerlo. Como afirma Alberto Pereiras, el sufrimiento animal no puede ser algo que quede a expensas de la conciencia individual, es una realidad que debe ser asumida por la sociedad, por el país, una cultura no puede estar basada en el maltrato a un
animal, por lo menos me niego a aceptar que eso siga pasando en
pleno siglo XXI.



Como vemos, el debate está servido, ojalá todo pase pronto y salgamos de todo esto con una sonrisa en la cara y buenas noticias, aunque todavía queda mucho por hacer...

miércoles, 27 de enero de 2010

Noche de verano

Realmente se conocieron en verano. Ellos, sólo ellos dos. Sus bocas se fundían en una misma mezclando el azúcar, el alcohol y las luces de colores típicas de las veraniegas noches de feria. La noria de fondo, dibujando sonrisas en los rostros de niños ilusionados, haciendo que padres ya cansados de ahorrar en sus vidas se llevaran las manos al bolsillo por la satisfacción de que esas sonrisas duraran un rato más, lo que dura otra vuelta de noria o quizás otro golpe inocente en los coches de choque… si todos los golpes fuesen así… Mientras tanto ellos seguían, se saboreaban, se disfrutaban. No eran conscientes de que el verano pasaría y de que después todo sería distinto, pero quizás eso tampoco importaba en esos momentos. La única preocupación que tenían los dos amantes en ese instante era la de no abrir los ojos si no era para mirarse, no separar sus labios si no era para regalarse palabras que quedarían en el recuerdo, no separar sus manos, ni sus brazos. Ni tan siquiera dejaban que se alejasen sus pies, que se enredaban con dulzura marcando el camino a seguir. Ambos amaban la música, la amaban con tanta pasión que quizás era por eso por lo que los latidos de sus corazones, acompasados, marcaban un ritmo sonoro y alegre que danzaba por entre sus besos y se colaba en la multitud. Esa multitud que estaba tan cerca y a la vez tan lejos. Esa multitud cargada de risas, de aire festivo, de colores y sonidos, de alcohol, de locura y de alegría quedaba aparte cuando la música de los jóvenes ahogaba el estruendo a su paso. Quietud, tranquilidad, una mano que avanza más de lo que debía, pieles que se rozan y se conocen, juegos inocentes y alegres que llenan de magia una noche de verano.




martes, 26 de enero de 2010

Cambios

Pasó el tiempo. Las cosas cambiaron. He decidido ponerme en serio con el blog, actualizaré más a diario y colgaré cosas escritas por mí. Todo cambió, mi vida es muy distinta desde que estoy en Madrid. Días llenos de locura, vida residencial que cada día me gusta más, conciertos de cantautores por los locales de Madrid, nuevas canciones, independencia, nuevos amigos, nuevos lugares... Muchas cosas que echo de menos: los amigos, el Pay-Pay, las calles de Cádiz, la Caleta, los olores, las sensaciones... Pero creo que todo esto me hace crecer, me hace aprender. Está bien dejar de depender de los demás, aunque desgraciadamente la ayuda económica sí que es necesaria, una pena, pero es que la vida está muy cara, y más en Madrid! La una y media... ya va siendo hora de ir a dormir, que mañana hay clases. Lo dicho, nos vemos más a menudo :)

domingo, 25 de enero de 2009

Perdona si...




-¿Me das un beso?
-Pero, Niki, yo...
-Chissst...¿Hay algo más simple que un beso?
-Pero tú y yo...es complicado.
-Chissst...deja que hable tu corazón. -Niki se le acerca. Apoya su mano sobre el corazón de Alessandro. Después la oreja. Y se pone a escuchar. Y aquel corazón emocionado late con fuerza. Y Niki sonríe-. Puedo oírlo. -Y se aparta de su pecho. Lo mira a los ojos y sonríe en la penumbra de la terraza.
-Dice que no...
-¿Que no a qué?
-A que entre tú y yo las cosas no son complicadas. Son simples.
-Ah, ¿sí?
-Sí. Y luego le he preguntado: "¿Qué hago, lo beso?"
-¿Y qué te ha dicho?
-Me ha dicho que tú no lo pones fácil, pero que también eso es simple...

Y Alessandro se rinde. Y Niki se le acerca lentamente. Y lo besa. Dulce. Amable. Tierna. Suave. Ligera. Como un jazmín. Como Niki. Coge los brazos que Alessandro tiene caídos y abandonados y se los pone alrededor del cuello. Y sigue besándolo. Ahora con más pasión. Alessandro no se lo puede creer. Diablos. Tiene diecisiete años. Veinte menos que yo...